Como siempre me hago eco de artículos sobre nuestras enfermedades que aparecen en paginas, que intento que sean ante todo fiables. De ellas recojo información que considero puede interesar a los lectores de este Blog, lo que no puedo saber es hasta que punto esas informaciones nos van ayudar. Yo quiero pensar que es cierto que el dolor crónico pueda tener sus días contados, como reza el titulo de este articulo, precisamente por eso lo he incluido, pero por el momento soy prudente e incrédula. El tiempo hablará por si mismo...
Científicos descubren una pequeña molécula subproducto de la degradación de membranas celulares del sistema nervioso.
Tarragona. (EFE).- Un estudio en el que participa un investigador de la URV
ha encontrado una molécula clave para detectar y tratar el dolor
crónico, informa la Universitat Rovira i Virgili (URV) de Tarragona. El
estudio, publicado por la revista Nature Chemical Biology, ha sido
redactado por un equipo de científicos entre los que se
encuentra el doctor Òscar Yanes de la URV. Los científicos han descubierto, a
través de la metabolómica, que la dimetilesfingosina (DMS) -una pequeña
molécula subproducto de la degradación de membranas celulares del
sistema nervioso- se acumula en la médula espinal en ratas que sufren dolor
neuropático.
Y que el DMS también provoca dolor cuando se inyecta en ratas que no sufren dolor
previo, lo que abre puertas ahora a la inhibición de esta molécula y a un
futuro desarrollo de fármacos. El investigador Òscar Yanes, que inició los
trabajos en el instituto de investigación Scripps (The Scripps Research
Institute) en San Diego (California, Estados Unidos) y los ha terminado en la
Universitat Rovira i Virgili de Tarragona, explica que era muy difícil
encontrar modelos animales que tuvieran dolor crónico.
Finalmente, consiguieron dos modelos animales utilizando ratas, en los que
se basaron los cuatro años de investigación. "Hemos demostrado que hay una
vía metabólica sobre la cual se pueden hacer intervenciones, puesto que
mostramos una cascada de reacciones que en un futuro pueden ser útiles para
encontrar inhibidores", asegura Yanes. A su juicio, si se pudieran
bloquear las enzimas que acaban generando el DMS, se podría disminuir el
dolor".
Y aunque se tiene que demostrar todavía si el modelo se puede extrapolar a
todos los tipos de dolor crónico, hasta ahora no se sabía prácticamente nada a
nivel molecular de este tipo de dolor, "y éste es un primer paso".
Según el doctor Yanes, el trabajo puede abrir puertas a investigar el dolor
asociado a la diabetes. "Se tendrá que ver primero -ha añadido- si los
resultados son extrapolables en humanos", ya que hace falta todavía
descubrir si el DMS se acumula en humanos que sufren dolor crónico "o
encontrar un modelo animal de ratón diabético para hacer alguna investigación
parecida a la que se ha realizado hasta ahora."
Su idea es buscar algunos de estos compuestos en la sangre de pacientes con
dolor crónico: "Tenemos capacidad de encontrar marcadores, intentar
cuantificar el dolor y dar herramientas a los clínicos para que los pacientes
no tengan que valorar el dolor que tienen con un test". Y otro tema de
estudio es descubrir de dónde proviene el dolor: "Conociendo ahora la vía
metabólica y los compuestos que se acumulan, a corto plazo hay que ir a
buscarlos en la sangre o en el líquido cefalorraquídeo, que es una estrategia
más sencilla que desarrollar fármacos", a pesar de ser este último un
objetivo a largo plazo.
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